Nos intriga y despierta nuestra curiosidad, así que descubra para qué se utilizaba esta curiosa estructura en las 9 esclusas de Fonseranes.

La pendiente de agua de las 9 esclusas de Fonseranes tenía por objeto acelerar el transporte de las mercancías evitando el paso por las cuencas en hilera. También era un acceso para barcazas con un tamaño más grande. El ingeniero parisino Jean Aubert trabaja en las dos pendientes de agua construidas en Francia, en Montech (Tarn-et-Garonne) en 1974, y Béziers, aquí en Fonseranes en 1983.

¿Cómo ha funcionado?

Para subir la pendiente de la colina de Fonseranes, el barco entraba en un canal lleno de agua en un ligero ángulo. Por encima se colocó una máquina elevada que cerraba el canal con un escudo estanco. Este elevador movía entonces la cuña de agua y empujaba la barca hasta el nivel superior.

Pour descendre, le principe est le même, sauf que le bouclier retenait le coin d’eau le temps de la descente jusqu’au niveau aval. La machine ne prenait que 6 minutes pour monter ou descendre un bateau, contre 45 minutes en passant par les écluses de Riquet.

¿Cuál es su historia?

Entre el proyecto de los años setenta y su finalización y puesta en funcionamiento se sucedieron numerosos obstáculos y contratiempos.

En 1973 se inauguró con éxito en Montech, en el Canal de Garona, la primera pendiente acuática del mundo.

A continuación se proyectó una segunda pendiente de agua, con tecnología mejorada, en el emplazamiento de Fonseranes para sortear la escalera de esclusas. Inaugurado en 1983, nunca llegó a utilizarse en condiciones óptimas, debido a la complejidad técnica de su unidad autopropulsada. En consecuencia, la función inicialmente prevista de generar energía cuando los barcos bajaban las esclusas, con el fin de vender electricidad a EDF, nunca llegó a materializarse.

Pocos meses después de su inauguración, en 1984, se produjo un accidente, causado por una pérdida de adherencia; la máquina se desplazaba sin control y a demasiada velocidad por la pendiente.

En 1987, tras algunas mejoras, la máquina se puso en servicio por segunda vez, 5 días a la semana.

A pesar de ello, el mantenimiento indispensable requería numerosos periodos de inactividad, y estos periodos de inactividad aumentaron con el tiempo, hasta el punto de que muchos habitantes de Béziers aún conservan el recuerdo de una «máquina que nunca funcionaba».

Durante esta década, el tráfico comercial ya estaba en franco declive, y cesó en 1989.

En 1990, la pista de agua pasó a ser un servicio «a la carta» para embarcaciones de recreo. Tras un último uso en 1999, la pista de agua cerró definitivamente dos años después.

A pesar de su complicada historia, esta escalera de agua sigue teniendo su lugar en Fonseranes, como parte del patrimonio tecnológico e histórico de Béziers. Todavía hoy puede verse en el lugar, ¡una eterna curiosidad para los visitantes de las 9 esclusas!