Los viñedos de Béziers

Sumérjase en el corazón de nuestros viñedos y descubra nuestros diferentes itinerarios enológicos, así como nuestros socios viticultores y nuestras denominaciones de origen.

El cultivo de la vid en las regiones de Biterrois y Languedoc no tiene 2.000 años, sino al menos 2.500. Los romanos desarrollaron aquí la viticultura, pero fueron los etruscos -sus propios antepasados- y los griegos quienes la importaron. No nos lo estamos inventando como una forma de «empujarnos contra la pared», lo dice una misión de investigación arqueológica liderada por la Universidad de Pensilvania, publicada en Estados Unidos en 2013. Así que el debate histórico ha terminado: La larga historia de la viticultura francesa comenzó aquí.

Prosperidad y futuro sombrío

Pero ya han pasado los tiempos en que las familias viticultoras más ricas de la región de Biterrois sólo necesitaban 2 cosechas para construirse un «château pinardier»; Hubo un tiempo en que el encanto de una joven novia se medía por los «hectolitros» producidos y vendidos por su familia. La inmensa prosperidad (desde 1870 hasta el final de la I Guerra Mundial) desapareció al mismo tiempo que los «palacios de Aramonie» (apodo de los «châteaux pinardiers», del nombre de la variedad de uva Aramon que produce racimos extremadamente generosos pero de sabor mediocre, que hizo la fortuna de la región de Biterrois).

Béziers sigue mostrando su esplendor por todo el centro de la ciudad: desde el Plateau des Poètes hasta las casas de pueblo de estilo haussmaniano, desde el teatro municipal hasta la estación… Y en todos los pueblos y campos de los alrededores. En un radio de 25 km, unos 150 châteaux siguen mostrando sus estilos, a veces… sorprendentes.

El valor y el trabajo de los viticultores

Pero desde hace décadas, viticultores y cooperativistas apuestan por una revolución total: Una vuelta a las variedades históricas del Languedoc (Syrah, Garnacha, Mourvèdre, etc.), una producción más limitada, un cuidado extremo en la vinificación y una magnífica expresión del terruño; desarrollo de la agricultura ecológica y la producción de vinos «naturales»…

Todo ello constituye uno de los grandes puntos fuertes de los vinos de Biterrois: una relación calidad-precio inmejorable. Pero sobre todo: un sabor sin igual.